Maullidos y ladridos en la costa salvadoreña

Escrito por Juan Deras

«La grandeza de una nación y su progreso moral puede juzgarse por la manera en que sus animales son tratados.»(Mãhãtma Ghandi)

Esta vez, no los dirigíamos hacia un concierto en la playa el tunco, sino hacia una visita que, habíamos programado con días de anticipación al albergue de perros y gatos administrado por ARANI (Asociación al rescate de los animales) ubicado en kilómetro 32 ½ de la carretera el Litoral, exactamente en la playa Conchalío.

Llegamos a las tres de tarde, un hombre de gabacha gris, nos hacía señas con sus manos, ya que nos habíamos desviado del camino. Él es el médico veterinario de turno. Nos estacionamos, el medico abrió el improvisado portón de “lamina”, y un alegre perro color canela, se nos acercó y nos hizo su respectivo saludo con su cola y sus ladridos, luego, alrededor de treinta perros, nos demostraban su alegría y algunos su descontento de nuestra visita. Comenzamos a recorrer las instalaciones del lugar, cuya infraestructura consta de cinco jaulas, dos de aproximadamente 15mt² cada una, para alimentación y descanso de perros; dos jaulas de 5mt² aprox. Para los nuevos gatos y perros ingresados y para casos especiales como enfermedades que requieren el aislamiento del resto del grupo y una jaula para los gatos, cuya población actual es de diez aproximadamente. Además cuenta con una farmacia y una pequeña casa de lámina, para el encargado de la vigilancia y la alimentación durante la semana. Durante el recorrido, nos fuimos enterando de algunos de los abusos y abandonos que nuestros amigos perros y gatos, habían sufrido.

El médico nos contaba un poco sobre las necesidades que requieren ser solucionadas en el albergue, entre las cuales se encuentra la compra de medicamentos para las infecciones cutáneas que casi la mayoría de los perros presentan (unos más que otros) .También se necesitan comprar prótesis y “sillas de ruedas para perros y gatos”, que ya sea por haber sido atropellados por automóviles o por agresión física de humanos, han quedado con sus extremidades mutiladas o imposibilitadas. Además se requiere de la construcción de jaulas, para los nuevos miembros que van ingresando y para mantener a los perros en grupos de diez, para así evitar peleas entre ellos y realizar más fácilmente su cuidado.

Son muchas las necesidades, pero ¿cómo hacer conciencia, sobre el respeto y cuido de los perros, gatos y el resto de especies, en un mundo donde los “homo sapiens sapiens”, considerados los animales “superiores” e “inteligentes”, nos irrespetamos entre si, por muchas causas como nuestros intereses personales y colectivos? Les dejo esta pregunta como reflexión y les hago la invitación para que asistan, este sábado 27 de Septiembre, a la Luna, Casa y Arte, al concierto organizado por algunos músicos salvadoreños y otras personas interesadas en la defensa de los derechos animales, los fondos recaudados serán destinados a ARANI. Si no puedes asistir pero quisieras colaborar, saber más acerca de esta asociación o visitar el albergue en Conchalío, puedes llamar a Darling Romero, secretaria de ARANI 2275-4549, 7295-2823 o Alexander Santos 7730-1766 o visitar la oficina ubicada en AV. Izalco, Calle Bernal casa No. 8, Residencial Villas de San Luis.

Más acerca de ARANI

ARANI fue fundada en el 2003 por iniciativa de un grupo de personas sensibles, con el objetivo de proporcionar mejores condiciones de vida a perros y gatos abandonados o maltratados.

Este esfuerzo colectivo se originó en la relación de Dólar —un perro callejero que sobrevivía enfermo y en precarias condiciones— y Francisco Batarsé —un hombre noble amante de los animales que decidió rescatarlo—. El relato ilustrado de Dólar fue publicado en un diario matutino local. En su contenido e imágenes quedaba patente cómo malvivía deambulando por las calles mientras recibía un sistemático rechazo de las personas a quienes se acercaba. A raíz de la publicación, Francisco salió en busca del can, empeñado en ofrecerle las condiciones de vida apropiadas para un perro. Tras algunos intentos infructuosos, encontró a Dólar, lo «atrapó» y lo llevó al que sería su nuevo hogar, donde se le ha dado alimentación, salud, cuidado y todo el cariño que necesita. La crónica urbana trascendió públicamente gracias al seguimiento periodístico que se le dio, con lo cual Dólar y Francisco ganaron notoriedad en poco tiempo.

La hazaña del rescate de Dólar fue la simiente de lo que llegaría a ser ARANI, entidad que poco a poco ha ido consolidándose y ampliando su base de socios, amigos y contribuyentes. En ese proceso, la proyección institucional ha venido tornándose cada vez más ambiciosa. Actualmente, nos perfilamos como una entidad de interés público que busca contribuir a la institucionalización del respeto a la vida digna de todas las especies animales, horizonte lejano aún, mas no imposible de alcanzar.

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Objetivos de la asociación:

· Procurar el respeto a la vida digna de todas las especies animales, principalmente las domésticas (perros y gatos), por medio del rescate, atención, cuidado, denuncia y rehabilitación, según sea el caso.

· Establecer relaciones productivas con la mayor cantidad de personas, grupos, sectores e instituciones, para articular el proceso de institucionalización del respeto a la vida digna de todas las especies animales.

· Procurar la sensibilización, la educación y, finalmente, la concienciación en el mayor número de personas, interpelándolas desde la moral (fundamento normativo tácito que vincula a todos los miembros de una comunidad).

· Divulgar la existencia, y los preceptos en los que se fundamentan, de los instrumentos legales internacionales, pertinentes a la misión de Arani.
· Procurar la aprobación, ratificación y eficiente implementación de los instrumentos legales ya existentes, así como la creación de instrumentos nuevos (leyes, reglamentos, códigos) que puedan coadyuvar a su concreción.

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