Por David Duke
Es interesante ver los virajes bruscos, como cual busero de mi gran San Salvador como se han ido dando el caso jesuita en un principio se monto un show político buscando culpables y exonerando a los altos mandos de la época en esa ocasión aun estaba de una edad donde no me importaba opinar sobre los hechos de guerra: desde los cero a los 12 años vi escuche y me dijeron que no viera ni hablara de cosas que sucedían a plena luz de día. Hoy que ya tengo 32 El Salvador no es el mismo, consiguieron libertades que a veces las damos por sentadas pero es bueno preguntarse por qué no hay un juicio internacional en contra de Ronald Reagan, George Bush, padre jefe de la cia en esas épocas etc. Es decir está bien el show político que se está dando la izquierda partidaria calla, la derecha reclama, y al final una orden jurídica que no tiene validez internacional los puso a temblar a todos, a tal grado que se escuchan rumores de volver a la guerra y de dime que te dires ofensivos que solo demuestra que la intención es que quitemos la atención a puntos específicos que nunca se quieren tocar, por ser de beneficio para el pueblo como por ejemplo la energía eléctrica, el gas. los frijoles, el maíz, el desempleo, etc. con la intencion de dejar de lado lo negativo, como la delincuencia, la violencia y el narcotrafico que ha llegado a altas esferas politicas.
La situación es compleja primero se decía que el Ex Presidente Cristiani salía vinculado luego como arte de magia del Doctor Santamaría lo desaparece del famoso caso y se deducen responsabilidades sin llevarlos a un juzgado y repito internacional interesante seria preguntarnos
¿Porque el Ex Presidente Cristiani ya no está vinculado?
¿Por qué se desestima la participación presidencial sin ser juzgado?
¿Cuál es la razón por la cual estos militares de alto rango se esconden?
¿Por qué después de 20 años de no tener conflicto armado se reabre el caso?
¿por qué un juez español no lo hizo antes y por qué no lo hizo en una corte internacional?
¿Cuál es la intención de este show?
Y mientras tanto el subsidio del gas se le dio a las eléctricas y
¿Quiénes son los dueños de las eléctricas?
¿Quiénes fueron los patrocinadores del actual presidente de la nación?
Y ¿Cuáles son las viandas que ahora se les ha dado?
Quienes son realmente los asesinos y los asesinados
Info obtenida en Center for Justice and Accountability
I. Alfredo Cristiani Burkard
En el momento de la Masacre de los Jesuitas, Alfredo Cristiani Burkard era el Presidente de El Salvador y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. De acuerdo a la querella, jugó un papel activo en el encubrimiento del crimen y la obstrucción de la subsiguiente investigación. En el momento de la Masacre de los Jesuitas, Cristiani había sido Presidente de El Salvador y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas aproximadamente 16 meses.
De acuerdo al informe de la Comisión de la Verdad de la ONU y a la querella, unos días antes de la masacre Cristiani llamó al Padre Ellacuría en España y le preguntó cuando regresaba a El Salvador. Además, Cristiani estaba en contacto casi diario con los arquitectos de la intriga para asesinar a Ellacuría y sus compañeros sacerdotes. Su oficina estaba inmediatamente seguida de la oficina del General Emilio Ponce.
Cristiani es miembro de ARENA y un exitoso hombre de negocios que se caso con la hija de una de las familias lideres de la oligarquía de El Salvador conocidas como “Las Catorce Familias”. Fue educado en la Escuela Americana en San Salvador y la Universidad de Georgetown en Washington, D.C.
II. General Rafael Humberto Larios
Rafael Humberto Larios ostentaba el rango de General y era Ministro de Defensa en el momento de la masacre. De acuerdo al informe de la Comisión de la Verdad, Larios estaba presente en la reunión del 15 de noviembre de 1989, donde el Coronel Emilio Ponce ordenó al Coronel Benavides asesinar al Padre Ellacuría. Larios también dijo a la Comisión de la Verdad que el Presidente Alfredo Cristiani se reunió con el Coronel René Emilio Ponce y con el propio Larios durante unas horas inmediatamente antes de la masacre en las oficinas de la Junta de Jefes Del Ejército. El General Larios reside en El Salvador.
III. General René Emilio Ponce
René Emilio Ponce nació en El Salvador. Se graduó primero de su clase en la Escuela Militar Gerardo Barrios en 1966. Su clase fue conocida como “La Tandona” porque sus miembros dominarían más tarde en el ejercito. Los miembros de La Tandona estaban al mando de las Fuerzas Armadas Salvadoreñas en 1989. En el momento de la Masacre de los Jesuitas, Ponce tenía el rango de coronel y era el Director de la Junta del Estado Mayorde las Fuerzas Armadas Salvadoreñas. Ponce fue promocionado más tarde a General y ocupó el puesto de Ministro de Defensa de El Salvador. Eventualmente fue forzado a retirarse debido a la inminente publicación del informe de la Comisión de la Verdad de ONU exponiendo su participación en ordenar la Masacre de los Jesuitas.
De acuerdo al informe de la Comisión de la Verdad, en la noche del 15 de noviembre de 1989, Ponce, en presencia del General Bustillo, Coronel Zepeda, Coronel Montano y Coronel Fuentes, ordenó al Coronel Benavides asesinar al Padre Ellacuría y no dejar testigos. Dos días antes, Ponce había transferido el mando de la unidad al Coronel Benavides, y sus soldados habían realizado el registro de la residencia de los Jesuitas en la UCA. El General Ponce reside en El Salvador y es actualmente el presidente de la Asociación de Militares Veteranos de El Salvador “General Manuel José Arce” (ASVEM). La misión principal de ASVEM es advocar al gobierno Salvadoreño para que se oponga a cualquier intento de revocar la Ley de Amnistía que actualmente protege a sus miembros más influyentes.
IV. General Juan Rafael Bustillo
Juan Rafael Bustillo tenía el cargo de general y era el comandante de las Fuerzas Aéreas Salvadoreñas en el momento de la masacre. Durante la ofensiva del FMLN, Bustillo participó en un número de reuniones del Estado Mayor Salvadoreño. Fue, tras una de estas reuniones, en la noche del 15 de noviembre de 1989, cuando Ponce dio la orden a Benavides de asesinar al Padre Ellacuría, en presencia de Bustillo. Bustillo reside en El Salvador.
V. General Juan Orlando Zepeda
Juan Orlando Zepeda es otro miembro de “La Tandona,” tenia el rango de coronel , y era a su vez Vice Ministro de Defensa en el momento de la masacre. Zepeda recibió más tarde la promoción al rango de general. Estaba presente la noche del 15 de noviembre de 1989 cuando Ponce dio la orden a Benavides de asesinar al Padre Ellacuría. Anterior a la masacre, Zepeda había acusado públicamente a la UCA de ser el centro de operaciones del FMLN. Zepeda reside en El Salvador y es actualmente presidente de Manejo Integral de Desechos Sólidos, la compañía de servicios de retirada de desechos residenciales y comerciales más grande de El Salvador.
VI. Coronel Inocente Orlando Montano
Inocente Orlando Montano tenía el rango de coronel y era Vice Ministro de Seguridad Publica de El Salvador cuando la masacre tuvo lugar. Estaba presente la noche del 15 de noviembre de 1989, cuando Ponce dio la orden a Benavides de asesinar a Ellacuría. Anterior a la masacre, Montano afirmó públicamente que los Jesuitas estaban alineados con los movimientos subversivos. Montano reside en El Salvador.
VII. Coronel Francisco Elena Fuentes
Francisco Elena Fuentes tenía el rango de coronel y era comandante de la Primera Brigada de Infantería en San Salvador cuando ocurrió la masacre. Estaba presente la noche del 15 de noviembre de 1989, cuando Ponce dio la orden a Benavides de asesinar a Ellacuría. Un día después, tropas de la Primera Brigada de Infantería de Elena Fuentes intentaron intimidar a miembros de la Archidiócesis de San Salvador emitiendo mensajes por megafonía diciendo, “Todavía estamos matando comunistas, Ellacuría y Martín-Baró ya han caído, ríndanse, esta es la Primera Brigada.” Fuentes reside en El Salvador.
VIII. Teniente Coronel Carlos Camilo Hernández Barahona
Carlos Camilo Hernández Barahona tenía el rango de mayor y era Decano Asistente Interino del Colegio Militar en El Salvador en el momento de la masacre. Más tarde fue promovido al rango de teniente coronel. Estaba presente la noche del 15 de noviembre de 1989, cuando Benavides informó a los oficiales en el Colegio Militar, de la orden que había recibido de asesinar a Ellacuría, y mantuvo silencio cuando Benavides le preguntó si se tenía alguna objeción. Más tarde, Benavides ordenó a Hernández Barahona que organizara y planificara la operación.
Hernández Barahona organizó y atendió la reunión que tuvo lugar el 15 de noviembre de 1989, cuando Benavides ordenó a Espinoza Guerra que liderara la misión de asesinar a Ellacuría. Tras esa reunión, Hernández Barahona se reunió con Espinoza Guerra y el Segundo Teniente Gonzalo Guevara Cerritos del Batallón Atlacatl. Hernández Barahona les dio un rifle AK-47 que había sido capturado del FMLN y les dijo que lo usaran para matar a Ellacuría. El uso del FMLN AK-47 serviría para desviar la culpa de las fuerzas armadas y en su lugar culpar al FMLN. Así mismo, Hernández Barahona les ordenó dejar en el lugar de los asesinatos propaganda mencionando al FMLN.
Hernández Barahona estuvo también involucrado en el encubrimiento del crimen, participando en la destrucción, quemando una pequeña maleta conteniendo fotografías, documentos y dinero que los soldados habían robado de los Jesuitas. Conjuntamente con Benavides ordenó que todos los diarios de llegadas y salidas del Colegio Militar de ese año y el año anterior fueran quemados. Esto se hizo para evitar que los investigadores se dieran cuenta de quien había atendido las reuniones en el Colegio Militar cuando se planificaban y ordenaban los asesinatos de los Jesuitas.
En 1992, Hernández Barahona fue condenado por la Cuarta Sala de lo Penal de El Salvador como cómplice en los asesinatos. El juez le sentenció a tres años de encarcelamiento; no permaneció un solo día en la cárcel por aplicación de la Ley de Amnistía. Es residente en El Salvador.
IX. Teniente José Ricardo Espinoza Guerra
José Ricardo Espinoza Guerra tenía el rango de teniente y era miembro del Batallón Atlacatl en el momento de la masacre. Espinoza Guerra y la sección bajo su mando fueron asignados a Benavides en el Colegio Militar el 13 de noviembre de 1989 por orden directa de Ponce. En la noche del 13 de noviembre de 1989, Benavides ordenó a Espinoza Guerra que registrara los dormitorios de los Jesuitas como parte de una misión de reconocimiento antes de los asesinatos. Espinoza Guerra informó a Benavides de la presencia de Ellacuría en la UCA.
En la noche del 15 de noviembre de 1989, Benavides ordenó a Espinoza Guerra llevar a cabo la misión de matar a Ellacuría y no dejar testigos. Espinoza Guerra y su sección llegaron a la UCA en las tempranas horas del 16 de noviembre de 1989, y se abrieron paso hacia el Centro Pastoral. Cuando los sacerdotes salieron a ver de qué se trataba la conmoción, se les ordenó salir al jardín y tumbarse boca abajo en el suelo, mientras los soldados registraban el edificio. En estos momentos, el Teniente Espinoza Guerra dio la orden de matar a los sacerdotes. En enero de 1990, el Teniente Espinoza Guerra confesó su participación en el crimen a la Comisión de Verdad. Espinoza Guerra es residente de El Salvador.
X. Teniente Segundo Gonzalo Guevara Cerritos
Gonzalo Guevara Cerritos tenía el rango de teniente segundo. Estaba asignado al Batallón Atlacatl cuando tuvo lugar la masacre. Aunque Espinoza Guerra lideró la unidad, Guevara Cerritos también tenía responsabilidad de mando sobre las tropas que llevaron a cabo la masacre.
En enero de 1992, Guevara Cerritos fue condenado a tres años de encarcelamiento por instigación y actos de terrorismo por su rol en la masacre de los Jesuitas. Más tarde fue puesto en libertad como resultado de la Ley de Amnistía y continuo su servicio activo en las fuerzas armadas.
Guevara Cerritos llegó a los Estados Unidos en 2005 y trabajó como conserje en un motel en Los Ángeles. Fue expulsado de vuelta a El Salvador en Abril de 2007 por su participación en la masacre de los Jesuitas. Guevara Cerritos es residente de El Salvador.
XI. Soldado Raso Oscar Mariano Amaya Grimaldi
Oscar Mariano Amaya Grimaldi era soldado raso en el Ejército Salvadoreño y estaba asignado al Batallón Atlacatl cuando se la masacre tuvo lugar. En 1992, durante el juicio penal en El Salvador, Amaya confesó que había recibido un AK-47 del demandado Hernández Barahona y que había matado al Padre Ellacuría, Martín-Baró, y Montes. No fue condenado por el asesinato. Su paradero es desconocido.
XII. Sargento Antonio Ramiro Avalos Vargas
Antonio Ramiro Avalos Vargas era sargento en el Ejército Salvadoreño y estaba asignado al Batallón Atlacatl cuando se realizó la masacre. En el juicio de 1991-1992, confesó que había matado al Padre López y al Padre Moreno. Es residente en El Salvador.
XIII. Cabo Angel Pérez Vásquez
Ángel Pérez Vásquez era cabo en el Ejército Salvadoreño y estaba asignado al Batallón Atlacatl cuando se realizó la masacre. En el juicio de 1991-1992, confesó que había matado al Padre López y López.. Es residente en El Salvador.
XIV. Sargento Segundo Tomás Zárpate Castillo
Tomás Zárpate Castillo era sargento segundo en el Ejército Salvadoreño y estaba asignado al Batallón Atlacatl cuando se realizó la masacre. Más tarde confesó que había disparado a Julia Elba Ramos y a su hija Celina. Es residente en El Salvador.
XV. Soldado Raso José Alberto Sierra Ascencio
José Alberto Sierra Ascencio era soldado raso en el Ejército Salvadoreño y estaba asignado al Batallón Atlacatl cuando se realizó la masacre. Sierra Ascencio confesó a la Comisión de la Verdad que había disparado a Julia Elba Ramos y a su hija Celina pero más tarde fue procesado en ausencia y absuelto del crimen.